jueves, 14 de abril de 2011

Memoria declarativa

Si hay algo que adoro, es la capacidad de funcionamiento increíble que tiene nuestro cerebro.
Hay algo que me llama la atención y es la manera en que tenemos los seres humanos de almacenar datos y momentos vividos en nuestra memoria. Pero algo que me causa más curiosidad es como retenemos ciertos momentos específicos totalmente al azar.

Por ejemplo, yo no me acuerdo de cuando tenía tres años e iba al jardín, pero tengo el recuerdo perfecto de mi maestra rubia llamada Carla parada viéndonos jugar con nuestros bloques. 

O de mi profesor de música de mi salita de cuatro, el en una silla con su guitarra y nosotros sentados en ronda, yo pidiéndole una canción que trataba de un árbol (creo que era un árbol con flores rosas) y el no pudiendo acordarse o identificar la canción que yo le pedía. ¿Por qué me acuerdo de eso?

Otro más, yo en la casa de mi prima con unas cartas suyas de tarot, una que particularmente me llamó la atención, un niño en un lugar al aire libre, encerrado por una reja que lo rodeba, sin embargo el candado de esa reja estaba abierto y el no lo sabía. Eso me quedó para siempre.

El último, un compañero en primer grado escribiendo su nombre en el pizarrón, "Michael".

Y así tengo miles, recuerdos de mi vida totalmente al azar que me quedaron grabados para siempre.


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