Me acuerdo de esos últimos días de cada año de primaria en los que yo lloraba por que no quería que terminara el año. Yo amaba ir a la escuela.
En la secundaria me quedó ese sentimiento de sentir gusto cada día que iba, sobre todo los primeros años, en cuarto me agarró un bajón por que odiaba levantarme temprano y quinto fue un año que puedo catalogar como bizarro.
El hecho es que, el sentimiento que tuve esta última semana de clases no se puede definir como uno solo. Sentía felicidad, por que estaba harta de estudiar y necesitaba tiempo para mi. Sentía tristeza porque estoy terminando esta etapa y es algo que nunca más va a suceder. Y sobre todo estaba muy molesta por que no soportaba estos sentimientos que se contraponían en mi, no sabía exactamente como sentirme y eso me generaba odio.
En fin, experimenté prácticamente una bipolaridad importante. Y ahora estoy como en paz, expectante por estas vacaciones que vienen en las que planeo comerme todas las series y películas que existan.
Y en este tiempito, hasta el 14 de diciembre, me tengo que concentrar en la muestra de comedia a full y en las organizaciones para mi cumpleaños. December, be good.
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