Dar un examen por el que uno pagó mucho dinero y debe aprobar. Subirse a un escenario. Cantar, bailar y actuar. La presión sobre el escenario. El stress en los camarines por que no llegás a cambiarte. El amor al arte durante las canciones, la alegría durante la danza.
Más exámenes. Más trabajos prácticos. Más eventos sociales.
Mi cumpleaños. Clases infinitas de piano que hay que recuperar. Viajes.
Y después, la nada misma. El sólido despertar sin saber que vas a hacer durante el día.
Todas las cosas se recopilan en esta semana y media, y después...no se sabe. De a poco se arman los planes.
A veces no se que es mejor, si saber que tenés que hacer todas estas cosas o saber que no tenés que hacer nada y estar constantemente en una nube de duda.
Solo quiero que estas vacaciones que llegan luego de estas semanas, sean unas de las mejores.
Sé que tengo las mejores personas a mi lado para lograr que esto suceda.
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